top of page

Les Maîtres Fous

 

Dirección: Jean Rouch.

Año: 1995.

Género: Documental Etnográfico.

02/03/2015

La película nos da una entrada ­casi como una mirada voyerista a través de la cerradura­ a una realidad de los practicantes del culto Hauka, trabajadores de Níger, quienes cada año practican lo que podríamos denominar una mistificación ritual de los papeles y los “monstruos” simbólicos de la ciudad; tales como las figuras militares, los estatutos gubernamentales, el transporte y algunos otros caracteres icónicos de la ciudad moderna y la impuesta cultura inglesa.

 

La narración de la cinta nos guarda una sorpresa para el final, después de habernos contextualizado acerca de las extrañas maneras del ritual (comer perros, tener posesiones tales como las de un hombre que se transforma en tren, entre otras), nos muestra la cotidianidad de los personajes como trabajadores para las élites blancas que llegaron con la invasión inglesa y las élites negras que obtuvieron alta posición por la comercialización. Uno por uno, cada integrante de la secta es mostrado en yuxtaposición con su papel dentro del culto. Lo anterior nos da a suponer la resignificación de los valores tradicionales y religiosos, que al ser hombres y mujeres africanos, normalmente se asociaría con cultos vudú o con la evangelización ­imperialista­ judeocristiana, mas que en verdad nos da muestra de la trascendencia cultural que interpone e impone el choque de dos culturas; la africana y la británica por sobre la anterior.

 

Un elemento fundamental dentro de las manifestaciones dentro del culto, es sin duda las relaciones de poder. Los valores más arquetípicos como la territorialidad, el mandato, la fuerza, entre otros, se ven reforzados ­de manera exagerada en mi opinión­ con las actuaciones de los integrantes del culto, que habiendo sido establecidas y apropiadas por ellos, trascienden del performance, con el que se podría confundir, hacia un verdadero sentido de posesión.  

 

De dos herramientas se hace Rouch para la consolidación de esta película, que entre muchas son en las que más encuentro ingenio, la primera es esa manera de narrar, al mejor modo expositivo, que nos describe y detalla las cosas a través de la voz en off, que implica no sólo contexto sobre las raras costumbres de este culto sino que permite que la oralidad dé pistas en cuanto a todo lo que no se muestra en la imagen, sin dejar de lado que la imagen per se no es que deje mucho a la imaginación, haciéndonos reflexionar sobre si en verdad son tan “excéntricas” sus prácticas, a sabiendas que es su interpretación del modelo cultural de Reino Unido considerado como normal e impuesto ahora en su territorio. La otra herramienta es sin duda la enunciación en imágenes sin censura de la realidad, cosa que algunos llamarán amarillismo, por mi parte esto lo encuentro como un golpe de emoción y sensación a un público de su momento atiborrado de moralidad hipócrita y "buenas costumbres".

 

Una película como esta, tan brutal en la forma cómo explícitamente nos enseña una realidad vivida, que en su época hubo de haber sido de tal calibre como para ser censurada tanto en Níger como en Ghana y Gran Bretaña, y que aún lo sigue siendo incluso para esta sociedad nuestra que se ufana de las muestras más amarillistas y grotescas. Y sumándole el hecho de que era la primera película de Jean Rouch, la cual lo convertiría en el padre de la etnoficción, es en verdad una película que nos enseña la importancia de la observación y la investigación para cualquiera que sea el género cinematográfico que se quiera abordar. Adentrándose en el contexto, la historia y la realidad como elementos fundamentales, como piedra angular de cualquier historia que quiera ser escrita, y en este caso, rodada.

bottom of page