top of page

S-21: La máquina de matar de los Jemeres Rojos

 

Dirección: Rithy Panh.

Año: 2003.

Género: Documental.

29/04/2015

El documental aborda el régimen totalitario que tuvo lugar en Camboya con el ascenso al poder de los jemeres rojos. La historia se narra a través del centro de concentración 21, dos sobrevivientes del genocidio y algunos guardias que trabajaban para el régimen torturando e interrogando a los detenidos. El documentalista revive los sucesos, haciendo que tanto los sobrevivientes que fueron víctimas, como los guardias en su papel de victimarios se enfrentaran con el lugar testigo de los crímenes, mediante la evocación de recuerdos que van surgiendo en ellos, hasta el punto de originar representaciones en los espacios vacíos por parte de quienes fueron guardias, revelando sus vivencias y el adoctrinamiento que provocaba actos inhumanos para con las víctimas, consideradas "enemigos" por los victimarios.

 

El documental se crea a partir de enfrentamientos de los personajes con el lugar y toda la memoria que éste evoca, y de los personajes víctimas con los personajes victimarios. De esta manera se van revelando los sucesos que ocurrieron desde la visión y situación particular de cada personaje según su posición. Haciendo énfasis en los victimarios para ir develando las circunstancias en las que se encontraban los detenidos.

 

Las víctimas del régimen, en su enfrentamiento con los espacios donde tuvieron lugar sus peores pesadillas, se sienten profundamente afectados sin importar su condición de sobrevivientes. Los atroces sucesos dejaron irremediablemente marcadas a las víctimas. Las reacciones ante el encuentro con los victimarios y con el lugar suponen para ellos desconcierto e inmenso dolor. Vann Nath, pintor y detenido del régimen, constantemente está cuestionando a quienes fueron guardias y victimarios, por sus actos inhumanos e irracionales. Mostrándose siempre desconcertado ante las narraciones de hipócrita inocencia de los que fueron servidores del régimen. La frialdad con la que narran los victimarios las torturas, las matanzas, las violaciones, la deshumanización de las víctimas; que se sintetiza como la creación de falsas memorias, resulta perturbadora tanto para los sobrevivientes participantes del documental, como para el espectador. Parece no existir un sentimiento de culpa, los victimarios a diferencia las víctimas, muestran una postura distante hacia lo ocurrido, siempre narrando los sucesos como un pasado ya muy lejano, con un temor presente hacia “el mal karma”.

 

La ausencia de la culpabilidad en los victimarios tiene su origen en ese proceso de normalización e institucionalización de las torturas, las matanzas y demás sucesos atroces hacia las víctimas, a través del adoctrinamiento, que como se expuso en el documental, fue impuesto a muchos de los victimarios desde que eran pequeños, cuando sus mentes eran aún más susceptibles a toda manipulación. El lavado de cerebro hacia quienes servirían al régimen es la forma de comprender la actitud de los victimarios, quienes no eran más que instrumentos usados para un fin. A los victimarios no se les permitían tener nada más en su mente que servir al régimen y acabar con sus enemigos. En el momento en que el documentalista logra que los guardias representen su papel en los espacios ahora vacíos, se evidencia el control mental que lograba el régimen y esa pérdida de alteridad, que convertía al otro, al detenido en el enemigo y nada más que eso. Sin embargo, también se hace evidente un embelesamiento con el poder por parte de quienes fueron guardias, un placer originado en tener el control sobre el otro, pues como se muestra en el documental, muchos de estos hombres aprovecharon el poder para satisfacer deseos sexuales y de destrucción. El encanto del poder parecía deleitarlos y convertir a los enemigos en objetos de placer, de descarga, de diversión. El poder convirtió los actos para obtener información en actos para obtener gozo.

 

Los victimarios se sienten víctimas, pues a pesar de que no fueron detenidos ni torturados, se sentían atemorizados y forzados por el régimen. De alguna forma ellos también estaban detenidos allí, pues de no cumplir las órdenes, era seguro que pronto hubieran sido torturados e interrogados. Algunos de los victimarios expresan su temor a la muerte y justifican sus crueles actuaciones en ese temor. Si bien la situación de los victimarios no era de libre albedrío precisamente, hubo circunstancias que como se mencionaba antes, estos aprovecharon para satisfacer placeres propios.

 

Como conclusión podemos decir que la cinta logra poner en tela de juicio las circunstancias desde cada papel vivido en el régimen; víctima o victimario, logrando crear un dilema ético, pues a pesar de que se tenga cierta tendencia a defender a la víctima, resulta bastante vano culpar al victimario, pues éste, como se ha venido mencionando estuvo sujeto a todo un contexto en donde se pueden identificar causas que develan el origen de sus actuaciones como en un efecto dominó de crueldad.  

 

bottom of page