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Revólver

 

Dirección: Guy Ritchie.

Año: 2005.

Género: Drama Policíaco.

18/04/2015

La percepción como resultado de las operaciones cerebrales de los estímulos sensoriales, tiene la función de situar al hombre en una realidad. Esta realidad, aunque derivada de la que podríamos llamar real o física, tiende a moldearse por las actitudes que se toman al momento de percibirla, así no haya una predisposición consciente en tal momento, la historia de nuestra formación o el mismo azar emocional nos encamina o direcciona hacia un punto de atención, el cual elegimos como la figura, desvirtuando al mismo tiempo (sin desconectar) el fondo. Es en este punto donde la cinta y el contexto sobre percepción que quiero relacionar con ella entran en congruencia, Jake Green (protagonista) dejándose llevar por sus emociones y desafortunados eventos, sufre de uno de los más confusos y complejos desórdenes perceptivos de la realidad; que es el creer que se es el ego y entrar en su juego.

 

La cinta se desarrolla dentro del contexto del crimen y los criminales profesionales, mundo en el cual las pretensiones, máscaras, miedos y ambiciones determinan las vidas, realidades y casi siempre las muertes de los incluidos en él. Jake Green, apostador estrella es enviado a la cárcel por siete años en solitario, donde y por la situación, seguramente cambió su visión del mundo. Por “casualidades” de la vida conoce a dos hombres, quienes a través de mensajes ocultos en libros le transfieren conocimientos sobre la estafa y el ajedrez, en busca de la fórmula para ganar sobre cualquier cosa –algunas interpretaciones comprenden a los tres hombres como uno, lo que podría indicar el fraccionamiento del yo en varios alter-egos, lo que mostraría 3 perspectivas diferentes de la percepción del sujeto-. Al salir de prisión Mr. Green, como ahora es tratado por su obtención de dinero con ayuda de la fórmula, busca venganza por el tiempo que estuvo encerrado, pero principalmente por la muerte de su cuñada, culpando a Macha, su antiguo jefe. Sin embargo es interrumpido por dos hombres más (los de la cárcel) quienes en su forma física no hacen sino retarlo a confrontar su ego y la realidad fantasiosa que él vive como su Yo, y le hace creer que es él (su ego) quien domina el juego. Es necesaria “la humillación y una pequeña pérdida de dinero” para devolverlo a la realidad del ser y no de la surrealidad ventajosa de ego para poder enfrentarse a la vida sin esa fabulosa “fórmula” mágica que aunque visiblemente efectiva, personalmente destructora.

 

¿Y qué harías si consiguieras la fórmula?  

Fue lo primero que mi fantasiosa mente me dibujo al terminar la película, y en esa simple pregunta y tras la trama, se esconde la seductora voz del ego, maldito duendecillo que siempre pide más, más de lo que tienes, eres o puedes, voz que te controla y te hace ver cosas que tal vez nunca fueron.

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